Salud y medio ambiente

27.09.2021

Continuamos con este recorrido sobre los temas fundamentales de la ciudad como parte de un ejercicio de reflexión sobre nosotros mismos como comunidad y también como un ejercicio de autoconciencia colectiva que nos permita identificar fortalezas y debilidades.

Como ustedes saben, la pandemia puso al descubierto la fragilidad de nuestro sistema de salud asfixiado rápidamente por la presión y el riesgo permanente de ser colapsado por la cantidad de casos. Y aunque finalmente ese colapso nunca llegó, sí se resintió notablemente el conjunto de prestaciones sanitarias de nivel primario que no estaban directamente vinculadas con la atención del Covid-19.

En el último año, los Dispensarios municipales encargados de la Atención Primaria de la Salud (APS) redujeron prestaciones y personal. Al cierre ya conocido del Dispensario "Artemio Aram" realizado hace tres años, se sumó el cierre reciente del "Santa Rita" (Falucho 57) y la reducción al mínimo del "Hilario Ascasubi" (Bv. Ascasubi 605) que permaneció sólo con atención psicopedagógica. Es decir, al día de la fecha nuestro Municipio tiene tres Dispensarios operativos: la Asistencia Pública "Dr. Armando Leonelli" (Entre Ríos 257), la Casa del Niño (Av. España y Corrientes) y el Dispensario "Juan XXIII" (Echeverría 102). Claramente, los mismos resultan insuficientes teniendo presente que nuestra ciudad ya supera los 40.000 habitantes.

Según la OMS:

"La APS es un enfoque de la salud que incluye a toda la sociedad y que tiene por objeto garantizar el mayor nivel posible de salud y bienestar y su distribución equitativa mediante la atención centrada en las necesidades de la gente tan pronto como sea posible a lo largo del proceso continuo que va desde la promoción de la salud y la prevención de enfermedades hasta el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos, y tan próximo como sea posible del entorno cotidiano de las personas".

El desafío es grande porque para garantizar un correcto enfoque en APS hay que ampliar las prestaciones básicas apuntando a la promoción y la prevención, incorporar personal, asignar más recursos, disponer de edificios propios (no alquilados) y, además, mejorar sustancialmente el servicio de emergencias, entre otros aspectos.

A esta situación, debemos sumar los problemas ambientales que padece la ciudad y que también son fuente de enfermedades y deterioro en la calidad de vida, tales como la falta de tratamiento de los residuos sólidos urbanos, los olores nauseabundos y la contaminación generada por los efluentes cloacales. En directa vinculación con la problemática sanitaria, se encuentra la problemática ambiental y tienen que ser abordadas conjuntamente.

En nuestra ciudad al día de la fecha la mayor cantidad de residuos sólidos no recibe tratamiento alguno. No se recicla, no se reduce, no se reutiliza. Se estima que sólo el 15% de los residuos secos o inorgánicos -únicamente- logra ser clasificado y vendido para su reutilización. En su gran mayoría se procura su disposición final en el basural al cielo abierto ubicado al norte de la ciudad o su enterramiento en la Planta de RSU ubicada al este.

Es necesario comprometerse más en la incorporación de prácticas -públicas y privadas- que permitan reducir la generación de residuos y facilitar la separación, recolección, traslado y tratamiento final. Una gestión integral parte de la adopción de medidas que permitan una reducción de la generación de residuos y su clasificación en origen, aspecto en el que claramente estamos fallando (MIAS, 2019).

Como si fuera poco, el tantas veces prometido cierre definitivo del basural a cielo abierto, sigue siendo una materia pendiente. Han pasado más de dos años de una intervención para su cierre parcial que no fue continuada como correspondía según el compromiso asumido y el plan proyectado por las autoridades municipales. Como sostiene Constanza Mías, referente en la materia:

"En nuestra Provincia la basura genera una imagen desagradable en los pueblos y ciudades, y eso es así porque la inmensa mayoría de las poblaciones sólo cuenta con basurales a cielo abierto, en los que se realizan quemas con el objetivo de reducir su volumen y así aumentar la vida útil del predio. De más está decir que esta mezcla de indiferencia y pereza, genera un elevado riesgo ambiental, social y de salud pública" (MÍAS, 2019, 47).

No podemos dejar de lado en este breve diagnóstico el tema de la falta de tratamiento de los efluentes cloacales, que son conducidos hacia el sector Este hasta ingresar finalmente en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR), comúnmente conocida como "Lagunas Sanitarias".

Una vez que ingresan los efluentes en la EDAR, el caudal es dividido hacia dos lagunas facultativas, para ser posteriormente descargado en el río. Según los análisis fisicoquímicos y microbiológicos realizados en los últimos informes que disponemos, el tratamiento actual es insuficiente para generar un efluente que cumpla con los parámetros dispuestos por la normativa provincial. Esta conclusión -tan lamentable- fue parte del diagnóstico realizado en el marco del PLAN DE REINGENIERÍA DE LA ESTACIÓN DEPURADORA DE AGUAS RESIDUALES DE BELL VILLE, del año 2020.

Nuestra ciudad vierte sus efluentes al río sin el correcto tratamiento causando un impacto negativo en el ecosistema. Esta falta de conciencia ambiental habla muy mal de nosotros. Es urgente un cambio de fondo sin más demoras y dilaciones. La actual construcción de una cámara de cloración representa un cambio sustancial con respecto al proyecto original hoy abandonado. Veremos qué soluciones aporta.

La mejora sustancial del sistema de Atención Primaria de la Salud conjuntamente con el adecuado tratamiento de los residuos sólidos y de los efluentes cloacales, son parte de la gran deuda sanitaria y ambiental que tiene la ciudad.

Identificar estas problemáticas y reconocer su fala de resolución a lo largo de los años, es el primer paso para encontrar nuevas soluciones que nos permitan avanzar hacia esa ciudad ambientalmente sana y equilibrada que queremos.

Bibliografía:

MIAS, C. (2019): Las excusas ensucian, Ed. Brujas, Córdoba.